De higos a brevas

Cuando era pequeña e iba al pueblo de mis abuelos a pasar el verano, me encantaba estar en el campo, recogíamos almendra, hacíamos la vendimia, recogíamos fruta, cerezas, melocotones, higos… me pasaba el verano en bici y en el campo. Una de mis actividades favoritas era recoger fruta, porque mientras la recogía podía comer la que quisiera. Uno de mis árboles frutales favoritos era la higuera, por la sombra que proporcionaba, por su tronco y sus ramas fácilmente escalables, aunque no me olvido del cerezo, ¡por algo me llamaban «la Mireia de les cireres»! (porque las cerezas me encantaban y también porque tenía un vestido azul bordado con cerezas).

Cuando llegaba el día que mi abuelo decía: «Venga, hoy vamos a coger higos», yo saltaba de la alegría, sabía que me esperaba un día en la viña, subida a la higuera, fresquita, bebiendo agua fresquita del «càntir» y hartándome a higos hasta que la lengua me quedaba áspera.

¿Conoces la diferencia ente higos y brevas? Pues bien, la brevas son las que primero se recogen son oscuras por fuera y rojas por dentro y son los higos que el año anterior no pudieron crecer puesto que fueron sorprendidos por los primeros fríos y quedaron en estado de hibernación esperando que viniera el calorcito de nuevo. Los higos son los frutos que crecen el mismo año. El higo es verde por fuera, más pequeño que la breva puesto que ha estado menos tiempo en la higuera y que no a bebido tanta agua, es más aromático  y su piel es más gruesa, se puede  dejar secar, comerla tal cual o hacer ricas mermeladas.

El higo (o la breva) según la dietética energética china es de sabor dulce y naturaleza neutra. Tiene tropismo por pulmón, intestino grueso, bazo y estómago.

Tonifica el Qi y la sangre, favorece la producción de leche, lubrifica los pulmones y los intestinos, buena también para la diarrea.

Se utilizan para la tos y garganta secas, faringitis, traqueítis, laringitis, calor en pulmón, dolor de garganta. Es desintoxicante y alcalinizante. Ayudan en casos de estreñimiento puesto que limpian e hidratan los intestinos y alivian las hemorroides. Ayuda también a desinflamar las encías. Si los comes secos debes beber bastante agua, puedes tomarlos también en decocción para los problemas de sequedad de pulmón, por ejemplo: puedes hacer un porridge de avena hirviendo primero los higos durante un rato y luego añadiendo la avena y canela (no quites los higos), puedes añadir fruta fresca, semillas, etc. Come dos o tres higos al día para problemas de estreñimiento o hemorroides. Para las hemorroides puedes hacer una decocción de 30 minutos con 8-10 higos y con la misma cantidad de hojas de higuera y una vez fría limpiar la zona dos o tres veces al día.

En el caso de deficiencia de bazo donde las heces son blandas, hay diarrea y poca energía, la decocción de higos secos, también ayudará. Para tonificar la sangre o bien para ayudar a la producción de leche en madres lactantes se deben comer higos cada día o bien tomarlos en decocción (tanto el agua como los higos, claro).

El líquido blanco que sale al cortar el higo se usa tradicionalmente para eliminar las verrugas, se aplica en la misma verruga una o dos gotas.

Es la fruta que más fibra contiene, lo que beneficia a la absorción lenta de los azúcares y ayuda a evitar el estreñimiento. Contiene gran cantidad de calcio lo que lo hace una fruta muy recomendable en casos de osteoporosis. contiene además hierro, potasio, magnesio, selenio y zinc, manganeso y cobre; además de las vitaminas A, C, E y vitaminas del grupo B, siendo la que más la B9 o ácido fólico.

Es un potente antioxidante gracias a las vitaminas A, C, E y al selenio y zinc.

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2 comentarios en “De higos a brevas.”

  1. José Francisco

    Mi abuela Pura tenía una higuera en el patio de la casa, a la que no le faltaba el agua o humedad, ni la `caló´ de la capital de Málaga, junto, muy cercana, a las orillas del Mediterráneo, donde los pescadores del litoral sacaban el copo porque en ese patio había una bomba de agua, de aquellas que se cebaban por arriba y había que subir y bajar una palanca en forma de «s» tumbada.

    Mi padre pescador de alta mar solía volver para el tiempo de las mejores brevas del mundo —sin desquitar las de tu abuelo—. Yo nací en otra casa cercana, por lo que era mi primer árbol, donde el pequeño de mi padre subía con un cesto de caña y una cuerda con un extremo con un gancho, del cual dejaba bajar las cestas llenas de capas de brevas y hojas de la higuera entremedios. El agua, la grandeza de mi padre subido y el compañero tronco compartíamos felices días.

    Luego venía los higos, también felices mas no con el mismo intenso; por qué cambiaba, por qué seguía estando bueno.

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