Diferentes cocciones, diferentes indicaciones

 

La dietética energética, basada en la teoría de la medicina china, recomienda cocinar los alimentos, con el modo adecuado, para cuidar el fuego digestivo y evitar que el organismo se desgaste en exceso. Entiende la cocción como una pre-digestión del alimento. Alimentarse con un gran porcentaje de alimentos crudos no es saludable ya que al organismo le supone un incremento de gasto energético al tener que «calentar» ese alimento dentro del estómago.

Por ese mismo motivo, no es recomendable beber agua fría, ni con el estómago vacío ni cuando ingerimos alimentos, puesto que si bebemos agua o cualquier otra bebida fría durante el proceso de digestión, bajará la temperatura óptima para que el estómago haga su proceso digestivo y se liberen las enzimas adecuadas para digerir cada alimento.

Así alimentarse habitualmente con  alimentos crudos o muy fríos, puede desgastarnos energéticamente, sobretodo, si lo hacemos en épocas en que el clima no acompaña, por ejemplo en otoño o invierno mejor evitar los alimentos crudos o fríos, sólo personas con un fuego digestivo fuerte o en épocas en las que haga más calor, como en verano o primavera, podemos incluir o incrementar el uso de este tipo de alimentos.

La dietética energética china recomienda las siguientes proporciones en la dieta habitual:

50% – 60% granos
30% – 40% vegetales cocinados
5% de carne o proteína vegetal
5% de alimentos crudos (frutas, verduras, semillas, etc.)

Según el tipo de cocción con la que preparemos un alimento modifica la naturaleza de éste. Así, un alimento muy Yin podemos “yangüinizarlo” y un alimento muy yang podemos “yinizarlo”. Este es un recurso a tener muy en cuenta a la hora de cocinar según las estaciones o según muestras necesidades

Cuanto más calor o fuego haya en una preparación más yang será y cuanto menos, más yin.

  • Crudo
  • Macerado y marinado
  • Fermentado
  • Deshidratado
  • Escaldado
  • Salteado
  • Vapor
  • Hervido
  • Frito
  • Estofado (guisado), sopas
  • Braseado
  • Horneado
  • Barbacoa
  • Parrilla o plancha
  • Recalentado

 

En primavera, empieza a cocinar al vapor, escaldar, hervir y empieza a incluir los alimentos crudos, por ejemplo, los licuados de verduras verdes, todavía puedes mantener guisados ligeros y las verduras asadas al horno como la escalivada, gradualmente y a medida que la temperatura exterior se va incrementando aumenta las cocciones más ligeras.

En verano, el calor exterior aumenta, así puedes permitirte más las ensaladas, los crudos, los batidos de frutas (no licuados), las sopas frías, las gelatinas de frutas o verduras, pasteles de verdura fríos, etc.

En otoño hay que empezar a calentar el cuerpo, preparándolo para el invierno, aprovechando el calor que nos ha dado la estación anterior e interiorizarlo. Las cocciones empiezan a ser más yang, incluimos las sopas cortas, los hervidos, estofados ligeros, asados y horneados.

Y en invierno pasamos a sopas  y estofados de larga cocción, guisados, podemos recalentar más los platos y condimentarlos más con especias más calientes y picantes.

 

El médico del futuro no tratará el cuerpo humano con medicamentos,
más bien curará y prevendrá las enfermedades con la nutrición.
Thomas Edison

 

Referencias:

Chinese Nutrition Therapy: Dietetics in Traditional Chinese Medicine. Joerg Karstner

Tao of Healthy Eating. Bob Flaws

Dietoterapia energética. Patricia Guerín

Sanando con alimentos integrales. Paul Pitchford

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